![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX1lR7dKWSGRgIXs2J6V4tl1QBINlFb74_PuOETAnovzsNyj1U10cyNv_vBvNBE76ybKzIAHxSL9iPrW94F5xI4BhRtyFclN9sYLV9g6mcr2503QwNQ-M2xQG0tVwqSLFIvSVpsJoDSNO6/s200/artesaniabonao.jpg)
Gracias a la calidad, colorido y elegancia que exhiben las piezas confeccionadas por hombres y mujeres que dejan plasmado en cada artículo su destreza, sensibilidad y extraordinario talento, la artesanía dominicana ha alcanzado altos niveles de competitividad.
Últimamente, el sector -pese a estar severamente golpeado por la falta de entrenamiento, de financiamiento, de mercadeo, por la dispersión, el aislamiento, la informalidad, la ausencia de una producción regular, altos costos de producción y equipos obsoletos- tiene un comportamiento comercial que supera los 4 mil millones de dólares.
Observar la artesanía dominicana es dar un viaje maravilloso por todas sus comunidades y su historia, penetrar en el alma de sus nativos y, en efecto, conocer casi a plenitud su gente, sus costumbres y tradiciones; su arte y su cultura.
A pesar de que la artesanía local presenta variadas diferencias de una provincia a otra, la misma constituye una rica expresión artística que conjuga diversos elementos de las culturas indígena, española y africana.
No obstante, a esas herencias e influencias, el pueblo dominicano ha forjado su propia interpretación de los procesos culturales y ha creado nuevas manifestaciones artesanales.
La concentración geográfica de la producción artesanal nacional está ubicada principalmente en las áreas del Cibao Central (41%), Santo Domingo (25%), y la Costa Norte (17%). El 17% restante se ubica en el Suroeste, el Este, Samaná y la Línea Noroeste.
Las provincias donde se presenta la mayor concentración de la producción son Santo Domingo, Puerto Plata, Monseñor Nouel, Espaillat, La Vega, Samaná y Santiago.
Diario Digital