Por José Lino Martínez
Estos dos personajes de la sociedad y la política dominicana, jugaron un papel estelar en el campo de la literatura y la política de su país, cuestión que pudo propiciar que desarrollaran una estrecha amistad y admiración recíproca.
Tenían muchos puntos comunes, el primero, fue que nacieron en los albores del 1900, Bosch, el 31 de junio de 1909, Juan Isidro Jiménez Grullón, el 17 de junio del año 1903.
Se destaca también, que el primero fue un gran devoto de la literatura, y critico-ensayista del periódico Listín Diario, el segundo, tenía como primeras carreras, licenciatura en artes y médico.
A esto, se le puede sumar, que llegaron a compartir en el exilio, tanto en Puerto Rico, Cuba y otros países, pudiendo haber sido estos hechos, lo que en un momento los hizo unificarse para combatir algunos odios en común y algunas afinidades, como eran las tertulias literarias, etc.
El nexo de amistad profunda entre ambos, también se ve muy claro en la participación protagónica de Bosch, cuando abordó las palabras iniciales, del libro de Juan Isidro Jiménez, publicado en 1940, titulado La Republica Dominicana (Análisis de su pasado y su presente), el cual Bosch, tituló, Un Pueblo en un libro.
En dichas palabras, la admiración de Bosch por Jiménez Grullón, era tan sublime, que le hizo desbordar un sentimiento apologista, sobre ¨la dimensión humana¨ de su amigo.
Destacando en un trozo de su intervención, -refiriéndose a la patria-… ¨Del amor que pueda tenerla la minoría que a lo largo de su historia se ha beneficiado a sus expensas, nada hay que decir; se comprende ese interesado y hasta cierto punto lógico amor. Pero el de los otros sólo puede explicarse con dos palabras: ignorancia y deber. Por ignorancia la ama esa nutrida masa campesina donde se han mantenido sin mengua las virtudes nacionales, y por deber la ama el escaso número de hombres puros y conscientes que desearían hacer de ella lo que sus fundadores pretendieron que fuera: una patria próspera, culta y feliz, de la cual se sintieran orgullosos sus hijos. En el corto número de los últimos está el Dr. J. I. Jiménez-Grullón¨ obra. Cit. P. 25
Otro episodio que permite apreciar la dimensión de la admiración que tuvo Bosch a Jiménez Grullón, fue el hecho de que lo recomendara ante Enrique Cotubanamá Henríquez, cuando este fue a visitarle en Puerto Rico, a motivarle para que encabezara un movimiento anti trujillista en el exilio, aduciendo Bosch, que Juan Isidro era la persona ideal, por el hecho de sus grandes dotes de tratadistas de temas de sociología y de historia, y por su prolífica producción literaria al momento.
Hasta lo dicho más arriba, la historia de amistad entre los dos, iba color de rosa, hasta no llegar a un conflicto de tipología pasional, a decir de Eugenio García Cuevas, en el periódico Hoy, del 14 de febrero del 2015.
Según la crónica, en la vida de Juan Isidro Jiménez Grullón, existió una dama poeta puertorriqueña, cuyo nombre era Julia de Burgos, que incluso, se adujo que este era el responsable del trágico final-alcoholismo- de dicha dama.
En los corrillos de Puerto Rico, como acota la fuente, existía el cuchicheo de que el profesor Juan Bosch, andaba también por los predios del corazón del amor de Juan Isidro, lo cual, sería la versión más socorrida de que la génesis de la enemistad posterior, entre ambos, tenía de por medio el amor de la referida poeta.
Más concreto, se ha planteado la tesis, que Juan Isidro Jiménez Grullón, según la fuente, los motivos que tuvo para apoyar el golpe de estado a Juan Bosch, fue a manera de venganza por los rencores que quedaron producto de la afrenta imperdonable de que su amigo le cortejara su amante.
Al parecer, resultó muy cercana a la verdad, la versión y los rumores de que Juan Bosch, tuviera un romance paralelo a Juan Isidro con la poeta Julia de Burgos.
Esa tesis podría explicar la razón por la cual, dos viejos amigos con tantos puntos comunes, llegaran a niveles de enemistad tan álgidos, hasta el punto que cada uno hacía cosas en contra del otro a fin de asumir venganza.
Tan profundo fue el odio reciproco, que ante el rumor público de que Juan Isidro era el culpable del alcoholismo de la dama, que Juan Bosch, lo certificó en 1992 cuando vino como invitado especial al Primer Congreso Internacional de Julia de Burgos, celebrado en el Ateneo, corroborando que todo, y más de lo que se decía sobre su enemigo, ya muerto, en torno a Julia era cierto. De lo cual se ha dicho, que fue su venganza por Juan Isidro haber participado en el golpe del 1963, concluye la fuente.
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