Vitelio Tavares ya perdió la cuenta de los años que lleva preparando té de jengibre.
Desde hace más de veinte años, reúne a sus vecinos de Los Jardines del Norte para celebrar la Navidad en el parquecito llamado de Doña Georgina.
Todo el mundo en el barrio recibe una invitación. Un papelito con fecha y hora del esperado jengibre y un “Traiga su silla!” para que nadie se quede de pie.
“Todos los años hacemos esta actividad porque la gente se reúne aquí y le gusta su jengibre”. Desde meses atrás Vitelio empieza a escoger con esmero cada uno de los palos para hacer candela.
Este año dio con unos buenos de guayaba; selecciona el jengibre; busca las latas de aceite, porque el jengibre que hierve en olla no sabe igual; ya hasta el fogón lo tiene medido.
Con su experiencia, Vitelio alcanzó el grado de Maestro del Jengibre.
Al entusiasmo de Vitelio se le unen los vecinos. Un jovencito de algunos 17 años que toca el piano, otro que toca guitarra, una niña que agarró la guira, una vecina que canta, té calientico, galletas y muchas sonrisas.
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