“La necesidad tiene cara de hereje”, explica Nancy Domínguez antes de empezar a contarnos su historia.
“El padre mis hijos se fue a los Estados Unidos, entonces yo tuve que coger la responsabilidad…” dice.
Con la necesidad de echar sus hijos hacia adelante se hizo taxista. Veinte años se los pasó taxiando.
Cuando vio que su carro no daba para más, buscó otras opciones. Se enteró de la posibilidad de trabajar como chofer de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), aplicó y ya tiene 10 años manejando una guagua sin problemas.
Al principio muchos no se querían montar con ella “por la sencilla razón de ser mujer”.
“Nunca he tenido un accidente”, dice con orgullo, desmintiendo el prejuicio o la creencia de que las mujeres no saben manejar y que viven chocando.
Tonterías de gente que creen que a las mujeres hay que mandarlas a "trancar a su casa a hacer oficios".
Como Nancy, en nuestro país hay muchas mujeres dominicanas valientes, admirables, trabajadoras y honestas.
En el gobierno de Danilo celebramos y promovemos que así sea.
#MujeresRD