Irma agredió con fuerza a Boba de Nagua, sus casas cerquita del mar, su gente y sus ajuares. Hoy asistimos para devolver la normalidad.
Intruso, el mar destruyó y dañó casas de varios pobladores y, entre las olas, aprovechó para sustraerle sus pertenencias.
Hay que decir que gracias a la solidez, coordinación y compromiso de servicio de las instituciones gubernamentales, a su vastísima experiencia y sabiduría en gestión de desastres naturales y a la conciencia y madurez del pueblo dominicano antes, durante y después de Irma, hoy sólo se cuentan pérdidas materiales.
Ningún dominicano, ninguna dominicana murió en ninguna parte de nuestro territorio.
Lo material se repone y así lo demuestran INVI, Comedores Económicos, Plan Social de la Presidencia y Ministerio de Obras Públicas.
Aquí cada quien ha cumplido con su deber para aliviar la carga de quienes perdieron mucho.
De la casa y su reubicación en un lugar seguro se encarga el INVI.
La asistencia con ajuares llegó de la mano del Plan Social.
La comida no ha faltado ni faltará. Los Comedores Económicos están entregando alimentos cocinados y crudos.
Los escombros ya son historia. El Ministerio de Obras Públicas ha trabajado sin descansar para que el acceso a las comunidades, las vías y los caminos no guarden ni seña de lo que dejó el huracán.
La labor no se detiene ni se detendrá hasta que todo esté como debe ser. Aquí, la solidaridad no se acaba.