BONAO.-Este filme posee más componente de intención de forjar un cine provincial que ser un cine comercial de cierto nivel industrial.
Las intenciones de José Carlos Goma y de un grupo de jóvenes que se ha lanzado a testificar por su propia cuenta los rigores de hacer cine en este país y fuera del amparo de la Ley de Cine, es un camino que ha evidenciado que se debe continuar sensibilizando al sector empresarial de los aportes que pueden hacer y la ayuda que pueden lograr al auspiciar iniciativas como esta.
“El camino correcto” se contextualiza en las zonas rurales de la provincia Monseñor Nouel, cuya ciudad principal, Bonao, es el escenario para verter un drama que toca a un joven de nombre Arturo, un chico que se va del campo para buscar trabajo en el pueblo, pues su madre está enferma. Esto le hará vivir una serie de experiencias que lo pondrán a prueba sobre su integridad como persona.
De planteamiento simple y con las deficiencias de un primer trabajo, este filme encuentra un mejor reducto por las cuestiones básicas planteadas que están en el orden de las precariedades que se muestran en el universo de los jóvenes que viven en el campo nuestro, y de los negocios turbios que se decantan otros para buscar mejor ascenso económico.
El guión de Víctor Ramirez trata de dibujar un poco este universo donde el rol de la madre ocupa un papel importante, dejando otros roles circundar alrededor de este.
Eddy Jiménez como ese hijo que le acechan las tentaciones y Karla Hatton como esa madre preocupada por el porvenir de éste, son los roles más precisos, aunque convencionales.
“El camino correcto” es un ejemplo de las motivaciones existentes para contribuir al desarrollo del cine criollo, a pesar de sus deficiencias dentro del entorno del lenguaje, no se puede dejar a un lado al momento de analizar esta evolución cinematográfica que se está viviendo en el país.