Nueva York, 15 junio 2015. El Afamado artista dominicano Oscar Abreu, impactó y sedujo la Ciudad de Nueva York, el pasado viernes 12 de junio, durante la producción de una pintura mural trasportable de más de 50 pies de largo por 8 pies de alto, presentada en el Mitchel Square Park, de la Saint Nicholas con Broadway y la calle 167, en el Alto Manhattan.
El proceso creativo, conceptuado y diseñado por el artista como un proyecto de arte público basado en la realización en vivo y en tiempo real, se inició desde las 10:oo a.m., extendiéndose hasta las 7:oo de la tarde del mismo día, concitando la atención y la interacción entusiasta de un numeroso público que se reunió para ver la acción del artista resolviendo complejos procesos técnicos, dibujísticos y de plasmación de vibrantes colores que irradian los matices cromáticos de su origen caribeño.
Como factor a destacar de esta impresionante producción muralística, dentro del proceso clásico denominado “Plain art”, fue que esta innovadora iniciativa artística y cultural, llamó la atención de importantes medios de comunicación de la ciudad de Nueva York, tanto televisivos como de la radio, prensa escrita y medios de comunicación digitales, dado que era la primera vez que un artista latino asumía una relación artística y creativa con los clásicos del Expresionismo abstracto norteamericano que sentaron la idea de modernidad creando murales en toda la Nación como estímulo psicológico y cultural al pueblo de los Estados Unidos, psicológicamente afectado por el impacto de la Segunda Guerra Mundial.
El pintor y escultor Oscar Abreu, nació en la ciudad de San Juan de la Maguana de la República Dominicana; a pesar de su juventud ha sido definido como un pujante artista contemporáneo de gran capacidad de invención creativa que ha podido construir su espacio en la escena artística internacional, y su señal de identidad estética con una apuesta que le ha permitido diferenciarse e ir transitando con notoriedad nuevas plataformas de mercado basadas en el nuevo galerismo y ferias internacionales de arte; cuentan con referencia a sus obras coleccionistas en Tokio, San Juan, Londres, Miami, Chicago, Madrid, Nueva York, Buenos Aires y en su entrañable Santo Domingo.
El espacio del Mitchel Square Park, fue convertido por el artista en una acción performática en la que durante su puesta en escena parecía danzar como en proceso de trance creativo, proyectando ante el público presente una especie de excitación delirante, mientras brochazos, pinceladas, espátulas y rolos, levantaban vibrantes capas de color que se trasmutaban en formas y escenas cargadas de una neofiguración sustractiva que trasmitía directamente al público la naturaleza psíquica de los personajes creados por el autor en su obra.
Oscar Abreu se autoreconoce como productor de un arte cargado de energía y de una fuerte significación social y humanística, lo que él llama “el fenómeno de la memoria grabado en su arte”, y en lo que, especialistas en arte latinoamericano, como el reconocido crítico de arte y curador Abil Peralta Agüero define como el fenómeno del psico-expresionismo en la obra de Oscar Abreu.
El laureado crítico de arte Abil Peralta Agüero, ganador del Premio y Curador del Año 2000, otorgado por la Sección Dominicana de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, AICA, correspondiente a la Unesco, sobre el artista latinoamericano ha referido en un ensayo de su autoría que “Oscar Abreu para la estructuración de su discurso visual elige como nomenclatura alfabética la figura humana, desarrollando a partir de su desconstrucción dibujística una pintura intensa que se materializa como una fuga de emociones, como el escudo dramático de una docena de gritos azotados y sepultados en el laberinto de una herida por la que navegan el hambre, la angustia, el amor, el sueño y también la muerte. En ocasiones sus pinturas las sentimos como una llamarada recién apagada por la pena.”