Las acciones e iniciativas que viene impulsando el presidente Danilo Medina, reflejan; trabajo, sensibilidad, preocupación por los más necesitados, interés de resolver, contacto con la población; las cuales lo convierten en un referente de lo que se ha denominado “Democracia directa”.
Su estilo de gobernar, absolutamente divorciado del estilo –distante, insensible, tozudo, aristocrático y antinacional- de Leonel Fernández, representa también que la peculiaridad del gobierno de un partido, no depende de este, sino del individuo que encabece la gestión.
El presidente Danilo Medina –hay que reconocer- ha tenido la sensibilidad, la disposición y la capacidad de conectar con necesidades vitales de la población y ejecutar soluciones, lo que ha inyectado vida a la anémica esperanza en el pueblo, de ahí, su alto nivel de aprobación, que es un reflejo de esto.
Su visión de apoyar al aparato productivo, de facilitar recursos a organizaciones de productores y financiamientos a individuos para crear MIPYMES, para estimular la creación de empleos, son medidas de alto interés nacional, y que la población valora, aprecia y apoya.
Cuando se habla de la corrupción y la impunidad; la parte cuestionable del gobierno, el pueblo –se repite en los barrios- dice: “Ha heredado una camisa de fuerza, con los poderes Legislativo y Judicial, bajo el control del anterior presidente, ante lo cual tiene que ser cauteloso”.
Reflejo del nivel de pragmatismo y conciencia de la realidad política existente en el seno de la población, que observa y espera.
Lo que también ha terminado reflejando que hay individuos, que en algún momento de la historia de los pueblos, con su control de poderes públicos, se colocan por encima de la Constitución y las Leyes.
Y me hacer acordar aquella frase del Dr. Balaguer cuando dijo: “La constitución es un pedazo de papel, siempre y cuando no existan hombres y mujeres dispuestos a defenderla”.
Aunque creo que es como todo; “Todos tiene su lugar, y su hora.
Por Milton Olivo
