La última preocupación del Estado Mayor alemán no tiene que ver con conflictos bélicos, amenazas o misiones sino con algo mucho más prosaico: a los soldados de uno de sus batallones de élite les están saliendo tetas (concretamente una, la izquierda).
Según un estudio que acaba de publicarse con gran impacto –no es para menos– en Alemania, el 74% de los componentes de la unidad de élite Wachbataillon sufren lo que en medicina se conoce como ginecomastia, que no es otra cosa que el engrandecimiento patológico de una o ambas glándulas mamarias en el hombre.
Al parecer no se trata de ningún tipo de arma bacteriológica u hormonal inoculada por el enemigo con fines desmoralizantes, sino que el problema radica en el seno del propio batallón: el alarmante –y vergonzante si tenemos en cuenta que se trata de fieros soldados entrenados para matar– crecimiento de los pechos de los soldados tiene su origen en las rutinas que realizan durante los desfiles.
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