Mentira tuya. La culpa no fue del delivery.
Tu imprudencia la pagará caro el pobre delivery. Tendrá que buscar prestado, gastar unos cuartos, para arreglar el motor.
El culpable fuiste tú -carrito gris- que cruzaste en rojo.
Se ve clarito. Está grabado.
Viste que estaba en rojo y te dio la gana de cruzar, porque tú mismito eres y no te importa nada ni nadie. Porque tú eres el único que vive en la capital y la calle es tuya.
Tu imprudencia la pagará caro el pobre delivery. Tendrá que buscar prestado, gastar unos cuartos, para arreglar el motor.
Y tú, piensa. ¿Cuál es tu prisa y tu arrogancia? Te salvaste porque el choque fue con un motorcito; la próxima vez puede ser con un camión o con una patana y esos sí dan duro. ¿Quieres probar?
Los semáforos están ahí para gestionar el tránsito y evitar accidentes. Acéptalo. Respeta.
Conduce con responsabilidad, por ti, por los demás y los que amas.